La Tortuga en el Poste

Un joven está paseando por la plaza de un pueblo y decide tomar un descanso, y se sienta en un banco de la plaza. Al lado suyo hay un señor de mayor edad, el cual comienza a conversar sobre el país, el gobierno, los legisladores, y todo lo que pasa en el país.

Luego, el señor le dice al joven, - “¿Sabes qué? Los legisladores y demás, son como una tortuga en un poste.”

Después de un breve lapso de tiempo silencioso, el joven responde, - “No comprendo bien la analogía. ¿Qué significa eso, señor?

Entonces, el señor le explica, - “Si vas caminando por el campo y ves una tortuga arriba de un poste de alambrado haciendo equilibrio con su caparazón, ¿Qué se te ocurría hacer?

Viendo la cara de incomprensión del joven, continúa con su explicación:
- Primero: No entenderás cómo llegó ahí.
- Segundo: No podrás creer que esté ahí.
- Tercero: Sabrás que no pudo haber subido solita ahí
- Cuarto: Estarás seguro que no debería estar ahí.
- Quinto: Serás consciente que no va a hacer nada útil mientras esté ahí.
Entonces lo único sensato sería… ayudarla a bajar.”

*******

¿Cuántas veces te has sentido como que Dios no te escucha, o que no te ayuda a lograr algún propósito en tu vida?

Hay quienes han luchado por algún éxito en la vida, por superarse en algo, o talvez por tener algo deseado, pero por más que se esfuerzan no consiguen nada. Y la situación se agrava más cuando oran y oran y parece que las oraciones rebotan del techo para el suelo. Parece como si Dios no escuchara, como si a Dios no le importara nada, o como que ya Dios se olvidó de uno.

El profeta Habacuc tuvo la experiencia que han tenido los que en algún momento dado de sus vidas se han sentido como si Dios no los escuchara. En el capítulo 2 del libro de Habacuc podemos ver cómo Habacuc se paró firme a esperar la respuesta de Dios referente a su queja.

Lo que Dios le contesta a Habacuc podríamos tomarlo como ejemplo para cuando oremos a Dios por algo, y nos sintamos como si no nos escuchara. Esta es la respuesta de Dios a Habacuc; en Habacuc 2:2-3…Escribe la visión, y declárala en tablas, para que corra el que leyere en ella. Aunque la visión tardará aún por un tiempo, más se apresura hacia el fin, y no mentirá; aunque tardare, espéralo, porque sin duda vendrá, no tardará.”

El hecho que no veamos una respuesta no quiere decir que el Señor no nos ha escuchado. Lo que pasa es hay veces que lo que pedimos no está en la voluntad de Dios para que lo tengamos. Hay gente que insisten en tener cierto empleo, el Señor sabe que no lo van a poder ejercer como debe, pero como insisten tanto, Dios se lo concede, y luego vemos los resultados. Hay gente que piensa que lo pueden hacer todo, pero Dios sabe que no es así.

Dios sabe si estás capacitado para lo que le estás pidiendo.

No te desesperes en una petición, solo pide. Pero cuando lo hagas sigue las reglas que Jesucristo nos dio a seguir. Hay tres secretos muy importantes en la palabra de Dios que pueden hacer que tus oraciones y peticiones sean escuchadas. Jesucristo dijo en Mateo 6:6Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.” También dijo en Juan 14:13-14Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.” Aquí podemos ver dos de los secretos más importantes para que nuestras oraciones sean escuchas, dichas por Jesucristo mismo; orar al Padre, y hacerlo en el nombre de Jesucristo, y entonces el Señor lo hará (a su tiempo y voluntad). Orar es simple, hablarle al Padre, y pedirle en el nombre de Jesús, ¿Quién no puede hacer eso? No hay que pedirle a nadie más.

El tercer secreto es un poco más difícil; orar con fe, creyendo que ya la oración fue escuchada y contestada. No puedes hablarle a Dios dudando en tu corazón. Créele a Dios.

Santiago 1:6 Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra.


Hebreos 11:6 Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.


Comentarios

  1. Que así sea en el nombre del padre y el hijo y el espíritu Santo amén pura realidad real verdad

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