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Mostrando las entradas de noviembre, 2016

Cuando La Vida Nos Presenta su Cuenta

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Se cuenta de un abogado que vivió en Escocia que, en una ocasión, alquiló un caballo de un hombre pobre y tanto abusó del animal que éste murió. El hombre pobre insistió en que el abogado pagara por su caballo. El abogado no negó su responsabilidad y le dijo al hombre pobre que estaba dispuesto a pagar. - Pero - le dijo - en este momento estoy algo escaso de dinero y agradecería si me permitiera aplazar el pago . El pobre labrador, que era un hombre muy comprensivo, no tuvo inconveniente en dar al abogado un poco de tiempo para cumplir con su compromiso. Ante la insistencia del abogado de no poder pagar en tiempo muy cercano, el labrador le respondió que simplemente fijara él la fecha.

Dar Gracias Por Todo

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Esto es tomado de las sagradas escrituras. Dice en el libro de Lucas, capítulo 17, y versículos del 11 al 19; “Yendo Jesús a Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea. Y al entrar en una aldea, le salieron al encuentro diez hombres leprosos, los cuales se pararon de lejos y alzaron la voz, diciendo: ¡Jesús, Maestro, ten misericordia de nosotros!

Una Puerta Abierta a tu Meta

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Edwin C. Barnes tenía un deseo ardiente de convertirse en un asociado de negocios con el gran inventor Thomas a. Edison.  No quería trabajar para Edison, quería trabajar con él. Como un paso para convertir su sueño en realidad, Barnes solicitó trabajo en el laboratorio de Edison en Nueva Jersey.  Lo contrataron como empleado de oficina y le pagaban el sueldo mínimo, lo que era algo muy lejos de ser socios. Los meses pasaron sin ningún cambio en su condición ni en su relación con Edison.  La mayoría de la gente se habría rendido, sintiendo que su trabajo no la llevaría a ningún lado.  Barnes, sin embargo, permaneció firme. 

¡Sonría!

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Ella le sonrió a un extraño afligido. La sonrisa pareció hacerlo sentirse mejor. Él recordó la caridad de un amigo del pasado, y le escribió una carta de agradecimiento. El amigo estuvo tan a gusto con la carta, que dejó una gran propina después de su almuerzo. La camarera se sorprendió por la cantidad de la propina, se puso tan contenta que cuando salió a la calle le dio parte a un hombre que estaba necesitado. El hombre de la calle fue agradecido; por dos días no había tenido nada qué comer.