Padre e Hijo


Un hombre, muy ocupado, acababa de ser padre. Pero él tenía que viajar, tenía muchos compromisos. Su hijo aprendió a comer cuando menos lo esperaba, comenzó a hablar cuando su padre no estaba. Y así pasó el tiempo.

Su hijo a medida que crecía le decía:
Papá algún día yo seré como tú! ¿Cuándo regresas a casa papá?
- No lo sé, pero cuando regrese jugaremos juntos, ya lo verás.

Cuando su hijo cumplió 10 años el padre le regaló una pelota:
- ¡Gracias por la pelota papá! ¿Quieres jugar conmigo?
- Hoy no hijo, tengo mucho que hacer.

- Está bien papá, otro día será.
Se fue sonriendo, pero siempre decía las palabras “Yo quiero ser como tú.”
Su hijo regresó de la universidad el otro día, todo un hombre.
- Hijo estoy orgulloso de ti, siéntate y hablemos un poco.
- Hoy no papá, tengo compromisos, por favor préstame el carro para visitar algunos amigos.

El padre se acababa de jubilar, y decidió llamar a su hijo que vive en otro lugar:
- ¡Hola hijo quiero verte!
- Me encantaría padre, pero es que no tengo tiempo, tú sabes, mi trabajo, los niños, ¡pero gracias por llamar, fue increíble oír tu voz!

Al colgar el teléfono el padre se dio cuenta que su hijo ERA COMO ÉL.
******
Muchas veces se escucha decir de parte de jóvenes que han estado presos; “Yo soy así porque nunca me dieron cariño, y mi padre nunca estaba en la casa.” Pero por otro lado se escucha al padre decir; “Yo no sé porque es así porque yo nunca le enseñe eso….” Y así sucesivamente se escuchan padres e hijos defendiendo su causa. Pero en esta ocasión quiero hablar con el padre. Entiendo que tal vez tu hijo ha hecho cosas malas, las cuales tu no le enseñaste, pero te pregunto, ¿Le enseñaste a hacer lo bueno?

Mira lo que dice Proverbios 22: 15 “La necedad está ligada en el corazón del muchacho; Mas la vara de la corrección la alejará de él.” Y en Proverbios 23: 13 “No rehúses corregir al muchacho; Porque si lo castigas con vara, no morirá.” El que la palabra diga “castigar” eso no significa “maltratar.” Tenemos que darles amor a nuestros hijos, dedicarle tiempo, pero también hay que castigarlos en forma de disciplina para formar un hombre o mujer de bien. Encima de eso no podemos ignorar la enseñanza y valores cristianos, según Proverbios 22:6.

Tal vez muchos piensan que han sido muy buenos padres solo porque llevan el pan sobre la mesa. Eso hay que hacerlo según 1 Timoteo 5:8 “Porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo,” pero ¿Le dedicas tiempo a tus hijos? ¿Pasas mucho tiempo en el trabajo y poco en el hogar?

Déjame decirte que para que tus hijos te admiren y tengan muy buenos recuerdos de ti, a veces tienes que sentarte con ellos a ver el programa de TV que a ellos les guste, aunque a ti no te agrade. Porque eso es parte de ser un buen padre que da ejemplo de amor familiar. Hoy estas con vida, dedícale tiempo a tus hijos, porque mañana tal vez no estés aquí, o puede que tu hijo se haya ido, y perdiste la mayor oportunidad. No te vayas a la cama sin antes darle un beso, un abrazo, decirle un te amo, y un Dios te bendiga. Tus hijos seguirán tu ejemplo.

Efesios 6: 4 “Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor.”

Puedes escribir tus comentarios o sugerencias al email: PepeLuis@Pedraza.com

Comentarios

Entradas más populares de este blog

El Paralítico de Betesda

Cuando La Vida Nos Presenta su Cuenta

La Caja Llena de Besos