Un Simple Tornillo

Un ingeniero fue llamado a arreglar una computadora muy grande y extremadamente compleja. La computadora valía 12 millones de dólares. Sentado frente a la pantalla, oprimió unas cuantas teclas, asintió con la cabeza, murmuró algo para sí mismo y apagó el aparato.
Procedió a sacar un pequeño destornillador de su bolsillo y dio vuelta y media a un minúsculo tornillo. Entonces encendió de nuevo la computadora y comprobó que estaba trabajando perfectamente.

El presidente de la compañía se mostró encantado y se ofreció a pagar la cuenta en el acto.
- ¿Cuánto le debo? Preguntó el presidente.
- Son mil dólares, si me hace el favor. – respondió el ingeniero.
- ¿Mil dólares? ¿Mil dólares por unos minutos de trabajo? ¿Mil dólares por apretar un simple tornillito? Ya sé que mi computadora cuesta 12 millones de dólares, pero mil dólares es una cantidad disparatada. Le pagaré sólo si me manda una factura perfectamente detallada que la justifique.
 El ingeniero asintió con la cabeza y se fue.
A la mañana siguiente, el presidente recibió la factura, la leyó con cuidado, sacudió la cabeza y procedió a pagarla en el acto, sin chistar.
 La factura decía:
Servicios prestados:
-Apretar un tornillo ($1 US)
-Saber qué tornillo apretar ($999 US)
Para todos aquellos profesionales que día a día se enfrentan con la desconsideración de quienes por su propia ignorancia no alcanzan a entenderlos.
Recuerda: “Se Gana por lo que se sabe, no por lo que se hace.”
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¿Cuántas veces has actuado injustamente porque has pensado que te están cobrando de más por algún trabajo que te hicieron?
Cada día que pasa las cosas se ponen más costosas. Cuando se trata de recibir algún servicio la gente lo quiere todo de gratis, si es posible. Y no se dan cuenta que cuando obran de manera descontenta por algún trabajo que le hayan hecho hieren a la persona que le prestó los servicios. Lo que pasa es que mucha gente piensa que todos los trabajos se pagan por horas, y eso no es así. Los empleos se pagan por horas o por salarios, pero los servicios se pagan de acuerdo al servicio que se le brindó.
El problema no se queda ahí, sino que hay gente  que pagan de acuerdo a quien le haga el trabajo. Por ejemplo, aquí en los Estados Unidos el hispano está acostumbrado a denigrar a los demás hispanos. Si necesitan algún servicio de carpintería, plumería, fotografía, video, etc., si el que va a dar el servicio es hispano le quieren pagar los que a ellos les dé la gana. Pero si el servicio es brindado por un americano u otra nacionalidad, entonces ellos pagan lo que el servidor les cobre. ¿Por qué? ¿Acaso el hispano lo hace peor que el otro? ¿Acaso el hispano no tiene las mismas destreza que el otro? O ¿Es que acaso tú juzgas a la persona por su nacionalidad, color, o raza? Hay quienes actúan así y no se dan cuenta que están actuando de forma racista.
Dios no juzga a nadie. Él le paga a cada uno según sea su trabajo, sin importar color ni raza. El Señor mismo dijo en el libro de Juan 7:24 “No juzguéis según las apariencias, sino juzgad con justo juicio.” Tus acciones y forma de expresarte ante los demás dejan una herida que difícilmente se borra. Si piensas que alguien te está cobrando una cantidad no razonable no tomes su servicio. Trata de hacer tú mismo el trabajo. Si no puedes, entonces no maltrates a los demás psicológicamente. Pregunta primero cuanto te va a cobrar, antes de que lo vayas a ofender.
Si alguien te monta la llanta del auto en 5 minutos, recuerda que no es el tiempo del trabajo, sino la importancia de ese trabajo. Porque sin la llanta, ¿Para dónde vas?
Mateo 7:1-2 No juzguéis, para que no seáis juzgados. Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido

Apocalipsis 22:12  He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra.

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