Hace mucho
tiempo, un rey colocó una gran roca obstaculizando un camino.
Entonces se
escondió y miró para ver si alguien quitaba la tremenda piedra.
Algunos de
los comerciantes más adinerados del rey y cortesanos vinieron y simplemente
dieron una vuelta alrededor de la roca sin ni siquiera intentar moverla.
Muchos culparon al rey, rudosamente, de no mantener los caminos despejados,
pero ninguno hizo algo para sacar la piedra grande del camino.
Cierto día, pasaba un campesino que llevaba una carga de verduras; al
aproximarse a la roca, puso su carga en el suelo y trató de moverla hacia un
lado del camino. Después de empujar y fatigarse mucho, lo logró.
Mientras
recogía su carga de vegetales, notó que en el suelo había una cartera, justo
donde había estado la roca. La cartera contenía muchas monedas de oro y una
nota del mismo rey indicando que el oro era para la persona que moviera la
piedra del camino.
El
campesino aprendió lo que los demás nunca entendieron; que cada obstáculo
muestra una oportunidad para mejorar la condición de cada uno.
¿Has tenido
algún obstáculo en tu vida que no te ha permitido seguir el camino que te
llevaría a realizar lo que te habías propuesto?
A menos que
seamos ricos o millonarios o tengamos lo que en mi isla Puerto Rico conocemos
como “pala” (una persona de posición que nos pueda ayudar), siempre tendremos la
necesidad de luchar por lo que queramos conseguir. Siempre habrá obstáculos en
nuestra vida que serán como rocas en nuestro camino, los cuales impedirán que
podamos lograr el cometido.
¿Qué
obstáculos podemos ver en nuestro camino que nos impidan seguir hacia delante?
- El
dinero; sin eso es difícil lograr muchas cosas. No se puede comprar, no se
puede invertir, y no se puede poner fecha limite a lo que queremos lograr.
- La mala
reputación; aunque sea mentira, se convierte peor que una roca, más bien, en
una pared que nos cerrará las puertas del camino a seguir. Eso se seguirá
expandiendo por muchos lugares, evitando que alguna puerta se abra. Por eso
tenemos que procurar que nuestro testimonio esté siempre limpio, para cuando
venga una mala reputación haya una nube de testigos que puedan decir lo
contrario.
- La envidia;
esa hará que otras gentes nos hagan la vida imposible, con tal de ser ellos los
que logren hacer lo que nos hemos propuesto lograr. Habrá gente que nos
impedirán el paso, y promocionarán lo que queramos lograr, con tal de ser ellos
los sobresalientes en todo, no dando crédito a los que verdaderamente tuvimos
la iniciativa en esa meta.
- La
desesperación; eso evita que podamos ver con claridad los pros y contra,
referente a lo que nos proponemos hacer. Hacer las cosas a la ligera puede
traer muchos errores, los cuales no nos daremos cuenta hasta el final del
camino.
Pero
tenemos la solución que nos ayudará a conseguir el dinero que necesitemos, a
limpiar cualquier mala reputación que exista hacia nosotros, a hacerse a cargo
de aquellos envidiosos que no logran nada por su propia cuenta, sino que buscan
a los que luchan y se le adelantan en el camino, a controlar nuestros
pensamientos y desesperaciones para que logremos nuestra meta de la forma que
nos las habíamos propuesto; esa solución se llama Jesucristo.
Es el Señor
quien nos ayudará a pasar esos obstáculos, a vencer cada problema que
enfrentemos. Pero, la condición es creer en él y creerle a él. El Señor es el
único que puede guiar nuestros pasos, el que puede dirigirnos hacia el camino
correcto para lograr nuestra meta. Avece pensamos que sabemos lo que hacemos,
pero al final nos damos cuenta que habían muchos errores que cubrir, y ya no
hay remedio para corregirlos.
Nosotros
elegimos; o nos guiamos por nuestras propias experiencias y pensamientos, o
dejamos que sea el Señor quien nos guie y dirija por el camino correcto y las
decisiones correctas. Pongamos todo en las manos de Cristo, sabiendo que en él
podemos lograr todo lo que nos propongamos.
Salmo 37:5 Encomienda a Jehová tu camino, y confía en él;
y él hará.
Filipenses 4:13 Todo lo
puedo en Cristo que me fortalece.
Romanos 8:31 ¿Qué,
pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?
Comentarios
Publicar un comentario