Sigue tocando
Deseando dar ánimo
a su joven hijo, para que progresara en el piano, una madre llevó a su pequeño
a un concierto de Paderewski.
Después de
sentarse, la madre vio a una amiga en la platea y fue a saludarla. El pequeño,
cansado de esperar, se levantó y comenzó a recorrer el lugar hasta que llegó a
una puerta donde estaba escrito "PROHIBIDA LA ENTRADA".
Cuando las luces
se apagaron y el concierto estaba a punto de empezar, la madre regresó a su
lugar y descubrió que su hijo no estaba allí. De repente, las cortinas se
abrieron y las luces cayeron sobre un impresionante piano Steinway en el centro
del escenario. Horrorizada, vio a su hijo sentado inocentemente al teclado,
tocando las notas de "Mambrú se fue a la guerra”.
En aquel momento,
el gran maestro hizo su entrada, rápidamente fue al piano y susurró al oído del
niño, "No pares, continúa tocando".
Entonces,
Paderewski extendió su mano izquierda y empezó a llenar la parte del bajo,
luego puso su mano derecha por el otro lado del niño y agregó un bello arreglo
de melodía. Juntos, el viejo maestro y el joven aprendiz, transformaron una
situación embarazosa en una situación maravillosamente creativa.
El público
emocionado, aplaudió puesto en pie.
*******
¿Cuántas veces has
querido hacer algo y no sabes qué hacer o cómo comenzar?
Creo que el querer
comenzar algo, sea un negocio, un proyecto, o mejor aún, algo para la obra del
Señor, es fácil, el problema es cómo hacerlo. Buscamos ideas, información en la
internet, preguntamos a gente que estén haciendo lo mismo que nos proponemos
hacer, y luego, con todo y eso hay algo que nos aguanta y no nos deja seguir.
Yo he aprendido
que no hay que temer. Solamente hay que comenzar. No he visto a ninguna persona
próspera que haya logrado su propósito sin primeramente comenzar; a menos que
ya alguien comenzó por ellos.
En lo secular y lo
espiritual hay diferencias de cómo capacitarse para hacer algo. En lo secular
necesitas unos puntos básicos que pueden marcar tus primeros pasos; estudio y
preparación. Si estudias, te capacitas intelectualmente, y si te preparas, de
seguro lograrás lo que te propones. Pero en las manos de Dios te irá mejor.
En lo espiritual
también necesitas unos puntos básicos; Padre, hijo, Espíritu Santo, y
preparación. En el término espiritual, así como trabajar o hacer algo para la
obra de Dios, tienes que prepararte y dejarte capacitar por el Señor. Esto no
es ir a un instituto bíblico, aprender algo de la palabra, y ya soy el mejor.
Si Dios no te capacita, no hay instituto que lo pueda hacer.
Hay veces que nos
proponemos hacer algo para el Señor, o para nosotros mismos, y por más que
tratamos no nos sale lo que queremos. Talvez no es el tiempo para Dios darnos
esa bendición, o talvez no estamos haciendo lo que Dios nos dice que hagamos.
Talvez estamos tan ocupados en otras cosas, que hemos apartado nuestra vista de
la meta que teníamos.
Dios quiere que
seamos prosperados, pero ¿de qué forma? Mírate a ti mismo, Dios ha puesto algo
en cada uno de los corazones para capacitarlo. Tu propio espíritu te hará saber
cuáles son las capacidades que Dios ha puesto en ti. No importa lo que hayas
sido en el pasado, o cuantos errores hayas cometido, Dios puede hacer cambios
en tu vida. En Mateo 4:18-19 vemos
como el Señor escogió a dos pescadores para capacitarlos para su obra. A Sara,
la esposa de Abraham, la cual era estéril y avanzada en edad, la capacitó para
ser madre (Génesis 17). A Dios no le
importó su edad; él lo puede hacer todo. Y así vemos a mucha gente capacitadas
por Dios, tanto en lo espiritual como en lo secular.
A quienes Dios
llama, él los capacita. Si tú estás capacitado, lo que tienes que hacer es
trabajar, esforzarte, luchar por lo que quieres, buscando la guianza de Dios, y
sentirás sus manos moviéndote a todos lados, dándole ritmo a las cosas que
haces. Déjate guiar por el Señor, él sabe hasta dónde tú puedes llegar. Y
cuando sientas que él está a tu alrededor ayudándote, confía en él y sigue
haciendo lo que estás haciendo. Porque él está contigo; y él sabe lo que hace.
“El que alguien
toque tu vida, es un privilegio. Tocar la vida de alguien es un honor y una
bendición que Dios te da. Pero el ayudar a que otros toquen sus propias vidas,
mientras tú, simplemente les acompañas, es un placer indescriptible que también
viene de Dios.”
Josué 1:9 Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni
desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas.
Puede escribir a Reflexiones al email: PepeLuisPedraza@gmail.com
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