Agradeciendo a Dios en todo tiempo
Como puertorriqueño, acepto la realidad que nos
entristece en estos tiempos festivos.
Puerto Rico no es el mismo de ayer, pero su gente
conserva el ánimo, y se esfuerza por llevarle esa energía a quien no la tiene.
En momentos así, no hay nada mejor que unirse, alegrar los corazones, ponerse
en las manos del Señor, y levantarse de nuevo.
La historia que les voy a narrar es tomada de la
palabra de Dios (biblia) en el libro de Daniel
3:12-26, para que entendamos que no importa por lo que estemos pasando, en
las manos del Señor estamos protegidos y cobramos más fuerzas.
Narra la palabra que, Tres varones judíos fueron
acusados delante del Rey Nabucodonosor, porque no quisieron respetar su
mandato, y por tanto, no quisieron adorar sus dioses, ni las estatua de oro que
el rey había levantado. Entonces Nabucodonosor pidió con ira y con enojo que los
trajesen. Al instante fueron traídos estos varones delante del rey.
Habló Nabucodonosor y les dijo: ¿Es verdad, Sadrac, Mesac y Abed-nego, que vosotros no honráis a mi
dios, ni adoráis la estatua de oro que he levantado? Ahora, pues, ¿estáis
dispuestos para que al oír todo instrumento de música, os postréis y adoréis la
estatua que he hecho? Porque si no la adorareis, en la misma hora seréis
echados en medio de un horno de fuego ardiendo; ¿y qué dios será aquel que os
libre de mis manos?
Sadrac, Mesac y Abed-nego respondieron al rey
Nabucodonosor, diciendo: No es necesario
que te respondamos sobre este asunto. He aquí nuestro Dios a quien servimos
puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará.
Y si no, sepas, oh rey, que no serviremos a tus dioses, ni tampoco adoraremos
la estatua que has levantado.
Al escucharlos, Nabucodonosor se llenó de ira, y se
demudó el aspecto de su rostro contra los tres, y ordenó que el horno se
calentase siete veces más de lo acostumbrado. Y mandó a hombres muy vigorosos
que tenía en su ejército, que los ataran, para echarlos en el horno de fuego
ardiendo.
Entonces estos varones fueron atados con todo y
vestimenta, y fueron echados dentro del horno de fuego ardiendo. Por cuanto el
rey ordenó que lo calentasen mucho, la llama del fuego mató a aquellos que
habían alzado a los tres varones judíos. Y estos tres varones, Sadrac, Mesac y Abed-nego,
cayeron atados dentro del horno de fuego ardiendo.
El rey Nabucodonosor se espantó, y se levantó
apresuradamente y dijo a los de su consejo: ¿No
echaron a tres varones atados dentro del fuego? Ellos respondieron al rey: Es verdad, oh rey. Y él dijo: He aquí yo veo cuatro varones sueltos, que
se pasean en medio del fuego sin sufrir ningún daño; y el aspecto del cuarto es
semejante a hijo de los dioses.
Luego Nabucodonosor se acercó a la puerta del horno de
fuego ardiendo, y dijo: Sadrac, Mesac y Abed-nego, siervos del Dios Altísimo,
salid y venid. Entonces Sadrac, Mesac y Abed-nego salieron de en medio del
fuego.
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En estos días que en muchos lugares se celebra el día
de acción de gracias, Puerto Rico, a pesar de lo devastado por el cicló María, tiene
mucho que agradecer. Hubo pérdidas materiales, y pérdidas humanas. Muchos se
fueron de la isla, porque lo perdieron todo y no tenían donde vivir. Pero los
que se quedaron podrán dar gracias a Dios por un pueblo unido, porque cada día
ven mayor esperanza para levantarse de nuevo, para ponerse de pies. No hace
falta un pavo en la mesa, sino una paz en el corazón.
Así como en la historia narrada, en Puerto Rico, aún
quedan muchos atrapados, rodeados de la necesidad, esperando el pan de cada
día, pero si se mantienen en las manos del Señor saldrán victorioso de todo, podrán
ver con más claridad la mano de Dios moverse a favor de ellos. Y los que
estamos fuera de Puerto Rico podemos ser ese vehículo que Dios use para lograr
su propósito de bendecir ha aquellos que tanto lo necesitan.
No es fácil aceptar la realidad, cuando es algo
negativo, pero si agradecemos a Dios por todo lo demás, veremos que lo que
creemos negativo es simplemente un escalón más para alcanzar una gran bendición
de parte de Dios.
Oremos a Dios por los necesitados, y mucho más en
estos tiempos festivos, tiempos que afectan más al corazón del necesitado. Pero
agradezcamos al Señor por todo, y pidámosle que nos dirija para que seamos de mucha
felicidad para los demás. Un corazón agradecido, alaba a Dios.
1Tesalonicenses 5:18 Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.
1Tesalonicenses 5:18 Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.
Filipenses 4:6-7 Por nada estéis
afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda
oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo
entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo
Jesús.
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