Fe Anclada En Cristo
Durante sus vacaciones en la costa,
una familia presenció una gran tempestad. Las olas subían a enormes alturas
mientras que los vientos fuertes sacudían violentamente las embarcaciones que
estaban amarradas al muelle.
Un niño
de doce años, que miraba desde la ventana, se fijó en que sólo la boya flotaba
serenamente en aquel turbulento mar y se mantenía en su lugar a pesar de los
vientos fuertes. El niño comentó con los demás que la boya era la única cosa
que había allí afuera que parecía no tener miedo, porque, aunque se hundía de
vez en cuando, siempre volvía a subir sin daño y en el mismo lugar.
Entonces
el papá les explicó que la boya se mantenía firme a pesar del viento fuerte
porque estaba amarrada a un ancla en el fondo del mar, y agregó que también así
es nuestra vida. Cuando nuestra fe está anclada en Cristo podemos enfrentarnos
sin temor y con calma a cualquier viento contrario en la vida.
No
existe bendición como la de una perfecta confianza en el Señor.
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¿Te has sentido,
alguna vez, como que te hundes en un problema o una preocupación sin encontrar
salida alguna?
La gente, hoy día,
vive una vida llena de preocupaciones y estrés. Pensando en que hoy tengo que
comer, mañana no sé, hoy tengo empleo, pero mañana estoy desempleado, hoy puedo
pagar mis deudas, pero mañana no sé cómo hacerlo, etc. Y así mantienen tantas
preocupaciones en sus mentes que no ven la solución que tienen al frente. Pero,
miren lo que dice la palabra de Dios en Mateo
6:31-32 “No os afanéis, pues,
diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los
gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis
necesidad de todas estas cosas”.
La palabra nos
enseña que nuestro Dios no es ciego, él sabe todo y ve todo, y sabe de las
necesidades que tenemos, pero él solo quiere dos cosas de nosotros;
- Que tengamos fe, conforme a 1Juan 5:14-15 “Y esta es la
confianza que tenemos en él, que, si pedimos alguna cosa conforme a su
voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que
pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho”.
- Que busquemos las cosas de arriba primero,
sin preocupaciones, conforme a Mateo
6:33-34 “Mas buscad primeramente el
reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Así que, no
os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta
a cada día su propio mal”.
El Señor quiere
que confiemos en él en todo. No es que confíes hoy, y mañana le permitas a la
duda entrar a tu corazón, sino que te agarres de él creyendo que él está
contigo. Si le crees a Dios, tienes que creer que él no te dejará. Pero tienes
que creer con fe para que agrades a nuestro Señor, como dice en Hebreo 11:6 “Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que
se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan”.
El mundo está
lleno de problemas y dificultades. No hay tiempo para preocuparnos, sino para
seguir hacia delante, agarrados de Dios, poniendo toda nuestra confianza en él,
entregándole nuestro corazón, demostrándole cuanto lo amamos y cuanto confiamos
en él.
El Señor nunca nos
falla, más bien, somos nosotros los que le fallamos a él. Confía en él y él
hará.
Salmo 62:8 Esperad
en él en todo tiempo, oh pueblos; Derramad delante de él vuestro corazón; Dios
es nuestro refugio.
Proverbios 3:5-6 Fíate
de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo
en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas.
Salmo 56:3 En
el día que temo, yo en ti confío.
Salmo 91:2 Diré yo a Jehová: Esperanza mía,
y castillo mío; Mi Dios, en quien confiaré.
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