Agradeciendo Por Las Espinas

Sandra se sentía muy decaída cuando entró en la floristería. Su vida había sido tan dulce y entonces, en el cuarto mes de su segundo embarazo, un accidente de automóvil robó su alegría. Ahora era la semana de acción de gracias y la época en que su hijo estaría por nacer. Lamentaba su pérdida.
Los problemas se habían multiplicado. La empresa donde su marido trabajaba "amenazaba" transferir el trabajo para una nueva localidad. Su hermana había llamado para decirle que no podría venir para su esperada visita en las vacaciones.

- Ella no tiene idea de lo que yo siento. Pensó Sandra con un temblor. - ¿Acción de gracias? ¿Agradecer qué? Se preguntó. - Por un conductor negligente cuyo camión apenas quedó arañado mientras él mataba? ¿Por una bolsa de aire que salvó mi vida, pero se llevó a mi niño?
En eso entra la empleada de la floristería.  - Buenas tardes, ¿Puedo ayudarla?
Sandra se asustó con la aproximación de la empleada de la tienda. - Yo... necesito de un arreglo. - tartamudeó Sandra.
- ¿Para el día de acción de gracias? ¿Quiere el lindo arreglo acostumbrado o le gustaría desafiar el día con lo que yo llamo el "Especial"? Estoy convencida de que las flores cuentan historias; ¿Usted estará buscando algo que realmente demuestre gratitud en esta acción de gracias?
- ¡No exactamente! - exclamó Sandra. - En los últimos meses, todo lo que puede salir mal salió mal.
- Tengo el arreglo perfecto para usted. – dijo la empleada saliendo, luego regresando con un arreglo de tallos de rosas sin las flores. - Este es el "Especial" – le dijo - Lo llamo arreglo de Espinas de acción de gracias.
- Pero ¡cómo es posible! ¿No va usted a decirme que alguien está dispuesto a pagar por eso?
La empleada le contó -  yo perdí a mi marido. Por primera vez en mi vida pasaré las vacaciones sola. No tengo niños, ni marido, ni familia cerca y demasiadas deudas para permitirme cualquier viaje. Aprendí a ser agradecida por las espinas. - continuó la empleada con calma. - Yo siempre agradecí a Dios por las cosas buenas en mi vida y NUNCA le pregunté por qué esas cosas BUENAS sucedían para mí, pero cuando sucedieron cosas malas, lloré y grité, ¿POR QUÉ? ¿POR QUÉ A MI? Me llevó tiempo aprender que los tiempos obscuros son importantes para nuestra fe. Son varios los clientes que vienen a buscar sus arreglos de espinas de acción de gracias.
Las lágrimas rodaron por la cara de Sandra.
- Llevaré una docena de estos tallos largos y llenos de espinas, por favor. - consiguió decir Sandra.
- Los tendré listos en un minuto.
- Gracias. ¿Cuánto le debo? - Preguntó Sandra al recibir su arreglo.
- Nada. El primer arreglo siempre va por mi cuenta.
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¿Le has agradecido a Dios cuando las cosas no van como tú las querías?
Que hermoso es recibir cosas buenas, saber que la familia está bien, que tenemos empleo, que la comida no falta en el hogar, que todo marcha como en un cuento de hadas. Cuando esas cosas ocurren agradecemos a Dios por todo eso. Nos sentimos muy gozosos y decimos que Dios es bueno porque nos ha bendecido en gran manera. Pero ¿Qué tal cuando las cosas no marchan bien?; cuando los hijos se enferman, cuando perdemos algún ser querido, perdemos el empleo, no hay comida en la mesa, y no hay quien pueda socorrernos. ¿Le agradecemos a Dios por las pruebas, por todo lo que nos dio, aunque ahora lo estemos perdiendo? No es fácil estar gozoso en medio de las pruebas y dificultades, pero si, se puede estar agradecido a Dios porque sabemos que pronto vendrá su socorro.
El Señor se place en darnos buenas dádivas, y en bendecirnos. Pero él también quiere que seamos agradecidos por todo lo que nos da. Lo que para nosotros avece es un mal, para Dios es el comienzo de una bendición. ¿Cómo podemos sentirnos contento con él por las cosas buenas y no por las negativas?
Dar gracias a Dios no debe ser motivado por una tradición. Dar gracias a Dios debe ser en todo tiempo. Damos gracias a Dios tanto por las bendiciones, como por las pruebas. De la misma forma que amamos las rosas, tenemos que amar sus espinas, porque son parte de su hermosura. Si perdemos algún familiar damos gracias a Dios porque nos los prestó por un tiempo. Todos, algún día, tendremos que marchar de este mundo. Por lo tanto, darles amor a los tuyos, para cuando te vayas no agradezcan a Dios por tu partida, sino, por los momentos que pasaron contigo.
Agradécele a Dios en todo tiempo, en alegría y tristeza.
1Tesalonisenses 5:18 Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.


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