Cuando La Vida Nos Presenta su Cuenta

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Se cuenta de un abogado que vivió en Escocia que, en una ocasión, alquiló un caballo de un hombre pobre y tanto abusó del animal que éste murió. El hombre pobre insistió en que el abogado pagara por su caballo. El abogado no negó su responsabilidad y le dijo al hombre pobre que estaba dispuesto a pagar. - Pero - le dijo - en este momento estoy algo escaso de dinero y agradecería si me permitiera aplazar el pago . El pobre labrador, que era un hombre muy comprensivo, no tuvo inconveniente en dar al abogado un poco de tiempo para cumplir con su compromiso. Ante la insistencia del abogado de no poder pagar en tiempo muy cercano, el labrador le respondió que simplemente fijara él la fecha.

El Ángel de los Niños


Refiere una antigua leyenda que un niño que todavía no había nacido le dijo un día a Dios:
- Me dicen que me vas a enviar mañana a la tierra, pero ¿Cómo viviré allá tan pequeño y débil como soy?
- Entre los muchos ángeles escogí uno que te esperará - le contestó Dios.
- Pero dime Dios, acá en el cielo no hago más que cantar y sonreír y eso basta para mi felicidad. ¿Podré hacerlo allá?
- Yo enviaré un ángel para que cante y sonría para ti todos los días. Y te sentirás feliz con sus canciones y sonrisas.

- ¿Y cómo entenderé cuando me hablen si no conozco el extraño idioma de los hombres?
 - Un ángel te hablará las palabras más dulces y tiernas que escuchan los humanos. Él te enseñará.
- ¿Qué haré cuando quiera hablar contigo?
- Un ángel juntará tus manitas y te enseñará una oración.
- Señor, he oído que en la tierra hay hombres malos, ¿quién me defenderá?
- Un ángel te defenderá, aunque le cueste la vida.
- Señor- le dijo el niño - pero estaré siempre triste porque no te veré más, me sentiré muy solo.
- Un ángel te hablará siempre de mí y te mostrará el camino para un día volver a mi Presencia.
En ese instante una inmensa paz reinaba en el cielo, no se escuchaban voces terrestres. El niño repetía suavemente: Señor, dime el nombre del ángel. Señor, dime el nombre del ángel. Quiero saber su nombre.
- El Señor contestó: se llama, Mamá.
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Dedicado a todas las madres que luchan día a día por el bien de su hogar. Las que no se rinden, sino que siguen luchando hasta tener la victoria.
Para esas madres ejemplares va mi más sincero sentir, respeto, y felicitaciones.
Que el Señor las continúe bendiciendo en gran manera.
Proverbios 31:10-12 Mujer virtuosa, ¿quién la hallará? Porque su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas. El corazón de su marido está en ella confiado, y no carecerá de ganancias. Le da ella bien y no mal todos los días de su vida.

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