El Jabón y la Religión
Un fabricante de jabón conversaba un
día con un predicador y le decía:
- Yo no creo en Dios porque
tenemos la religión desde hace miles de años y mire cuántos problemas tenemos
todavía en la tierra. Todavía los hombres siguen matando, mintiendo, robando y
cometiendo toda clase de injusticias. La religión ha demostrado que es
ineficaz, no sirve para corregir los males humanos.
Apenas terminaba de hablar cuando se
encontraron con un niño todo lleno de suciedad. El predicador aprovechó para
decirle al fabricante de jabón: - Mire este niño tan sucio. Usted tiene que
dejar de fabricar jabón. Está demostrando que no es completamente eficaz,
porque todavía sigue habiendo muchas personas sucias de pies a cabeza.
- Sí - dijo el fabricante - pero
lo que sucede es que el jabón hay que aplicarlo para que haga efecto. Si las
personas no lo usan no sirve de nada.
A lo que el predicador contestó, - Lo
mismo pasa con la religión, hay que aplicarla a la mente y al corazón para que
puedan cambiarse los pensamientos, las actitudes y los sentimientos. Sólo sirve
cuando se utiliza.
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¿Has tenido dudas, alguna vez, de
cuan verdadero es el evangelio del Señor?
Hay gente que ya no cree ni en la
luz eléctrica; piensan que, de cualquier momento a otro, se les puede ir. Hay
gente que piensa que la religión es una falsa porque la gente se la pasa
orándole y pidiéndole a Dios, y el mundo sigue igual, nuestros enfermos no sanan,
muchos mueren, el pobre no recibe una bendición, el indefenso no recibe un
auxilio, y tantas cosas por la que oramos y no vemos realizarse que provocan a
mucha gente a pensar que estamos viviendo una religión muerta. Por eso Pablo le
escribió a los corintios y les dijo en 1Corintios 2:14 “Pero el
hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para
él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir
espiritualmente”. Y por eso no entienden el porqué suceden las cosas,
aunque oremos al Señor por lo contrario.
Hay gente que no entiende que el
Señor hace como quiere, que nuestro trabajo es orar y creer, pero teniendo en
mente que la voluntad es de él. Dice la palabra en el Salmo 135:6 “Todo
lo que Jehová quiere, lo hace, en los cielos y en la tierra, en los mares y en
todos los abismos”. Jesucristo nos enseñó que cuando oremos le demos la
voluntad a Dios (Mateo 6:10). Él oró al Padre, en Lucas 22:42, para que
lo librara de todo lo que le iba a suceder, pero en su oración pidió que se
hiciera la voluntad del Padre y no la de él. Aún cuando hablaba con el pueblo
les dijo en Juan 5:30 “No puedo yo hacer nada por mí mismo; según oigo,
así juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad
del que me envió, la del Padre”. Y es por eso que avece nuestras oraciones no
son contestadas, porque ante nuestra oración se impone la voluntad de Dios, y
tenemos que aceptarla.
Mucha gente se escandaliza cuando
usamos la palabra religión; palabra que está escrita en la biblia. Y
muchos se ofenden cuando le dicen que son religiosos. Religión significa “Creencia,
en el ámbito espiritual”. Muchos lo toman como si le lanzaran una piedra cuando
le preguntan por su religión. El apóstol Santiago, dando a entender de que
había muchos que se hacían llamar religiosos, creyentes espirituales, les
aclaró algo referente a eso. Él les dijo en Santiago 1:26 “Si alguno
se cree religioso entre vosotros, y no refrena su lengua, sino que engaña su
corazón, la religión del tal es vana”. En otras palabras; si vas a hablar
de Cristo y de su doctrina y enseñanzas, pero tu lengua es de chismes,
bochinches, y mentiras, ¿de qué te vale hablar de él? Tu creencia espiritual
está muerta, porque crees en una cosa, pero haces lo contrario de lo que crees.
El Señor quiere que oremos por la
salvación del mundo, por nuestros gobernantes, por la falta de amor en muchos
corazones, aun por nuestros familiares que no quieren aceptarle ni servirle.
Todo lo demás se lo podemos pedir, pero sabiendo que la voluntad viene de él. Y
a él se le dará la gloria, sea cual sea su decisión.
Santiago 1:27 La religión pura y sin mácula
delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus
tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo.
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