Mejor Calla y Espera
Benjamín Franklin
aprendió que esparcir yeso en los campos haría crecer las cosas. Se lo dijo a
sus vecinos, pero no le creyeron, argumentando que el yeso no ayudaría para
nada al crecimiento del pasto ni del trigo.
Pasado un tiempo, que
ya se habían olvidado del asunto, se fue al campo temprano en la siguiente
primavera y sembró trigo. Cerca del
camino, por donde los vecinos pasaban, trazó algunas letras con su dedo y puso
yeso en ellas.
Al cabo de una o dos
semanas, la semilla brotó. Sus vecinos,
al pasar por allí, se quedaron boquiabiertos cuando lo vieron. De un verde más brillante que todo el resto
del campo, brotó el mensaje sembrado de Franklin en letras grandes: A esto se
le echó yeso.
¡A Benjamín Franklin
ya no le hacía falta discutir con sus vecinos sobre los beneficios del yeso!
La respuesta a ciertos desacuerdos quizá esté en dejar de hablar y probar juntos
varias soluciones, medirlas y compararlas con las normas, y luego resumir el
proceso de selección. Mientras tanto, los temperamentos se enfrían, la
objetividad vuelve y pueden surgir nuevas opciones.
"La mejor manera de
que alguien te agarre por el cuello es que mantengas la boca cerrada."
- Anónimo.
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¿Has escuchado la
frase “mientras más calladito estés, más bonito te ves” o “más calladito te ves
más bonito? Esas eran las frases de nuestros abuelos. Pero, aunque la frase no
era cierta tenía un gran significado.
A la gente le gusta
discutir mucho. Mientras una persona piense que tiene la razón no habrá manera
de convencerla de lo contrario. Porque hay que entender que cuando una persona
discute es porque en algún punto de la discusión piensa que tiene la razón en
sus pensamientos.
No es malo discutir,
sino, depende como se discuta. Se pueden discutir diferentes puntos de vista,
porque todos pensamos diferente y tomamos las cosas diferente a los demás, pero
sin ofender ni menospreciar la opinión ni el pensamiento de la otra persona.
Porque todos somos diferentes. Pero si alguno quiere comenzar algún pleito en
medio de la discusión, lo mejor es dejarlo ahí y no seguirla. Porque se puede
tener una discusión de asuntos interpretativos, pero sin llegar a la pelea o al
enojo.
Dice en el libro de Proverbios 26:4-5 que si una persona se
pone brava en medio de una discusión, que no le respondas para que no caigas en
su nivel. Pero si notas que esa persona está mal en su discusión, respóndele en
manera de aclaración, para que no se crea que tiene la razón.
Todos tenemos el
derecho de tener nuestra propia opinión, respetando la de los demás. El único
problema está en la persona que piensa que tiene toda la razón, y que nadie
sabe más que él o ella. Y por tal razón esa persona nunca va a ceder en sus
pensamientos, porque solo ella sabe.
Lo único que no
debemos discutir es la palabra de Dios. La palabra está escrita, y nadie la
debe discutir. Cada cual la interpreta a su manera, aunque la biblia no
necesita ser interpretada porque toda la palabra está clara. Ahí te dice lo que
está bien, y lo que está mal. Y eso no hay que discutirlo, solo presentar la
palabra, y ella aclarará todo.
Dios no quiere que
discutamos como lo hacen los animales, que terminan enredados. Él quiere que
hablemos las cosas. Si alguno no está de acuerdo con mi opinión, no hay
problema. Si yo no estoy de acuerdo con la opinión del otro, no hay problema.
Todos somos diferentes y tomamos las cosas de diferentes maneras.
No te creas sabio en
tu propia opinión. Recuerda que todos pensamos diferente. Y al final, solo Dios
tiene la razón.
Prov 26:12 ¿Has visto hombre sabio en su propia
opinión? Más esperanza hay del necio que de él.
Prov 15:23 El hombre se
alegra con la respuesta de su boca; y la palabra a su tiempo, ¡Cuán buena es!
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