El Zapatero - Decisiones

Un joven llamado Ronald tenía una tía que lo quería mucho y era muy bondadosa con él. En una ocasión ella llevó al joven a un zapatero para que le hiciera un par de zapatos a la medida.

El zapatero le preguntó: ¿Quieres los zapatos puntera cuadrada o redonda? Ronald tartamudeo un poco, él no sabía lo que quería.

El zapatero dijo: Está bien. Ven por acá dentro de un par de días, me dices lo que quieres y te haré los zapatos.


Dos días después, el zapatero lo vio en el pueblo y le volvió a preguntar: ¿Quieres los zapatos puntera cuadrada o redonda? Ronald le contestó: No sé.

El zapatero le dijo: Ven dentro de dos días y tus zapatos estarán listos.

Cuando Ronald fue a buscar los zapatos notó que uno de ellos tenía la puntera cuadrada y el otro la punta redonda.

El zapatero lo miró y le dijo: Esto te enseñará que desde ahora en adelante, no debes permitir que la gente tome decisiones por ti.

Y el Joven dijo para entre sí: Acabo de aprender a tomar mis propias decisiones, si uno no lo hace, otro lo hará por uno.

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¿Eres de los que tomas tus propias decisiones, o eres de los que permite que otros la tomen por ti?
¿Qué decisión tomaste para el próximo año?

El ser humano está capacitado para tomar sus propias decisiones, a menos que tenga algún impedimento mental que no se lo permita. Podemos decidir por lo que queremos y por el camino que queremos tomar. Decidimos si queremos seguir siendo como somos, o si queremos cambiar.
Dios nos ha capacitado de tal manera que podamos saber escoger lo que nosotros pensemos que es lo mejor para nosotros.

Hay gente que busca muchas opiniones, y entre opiniones y opiniones queda en una confusión que ya no sabe qué hacer. Por último terminan preguntándole a otra persona por la decisión final, como si no tuviera la capacidad para decidir por sí mismo. Luego, cuando ven un resultado negativo, entonces dicen: “Por hacerle caso a fulano de tal me pasó esto”. Tú tienes que tomar tus decisiones. ¿Por qué? Para que el resultado de esa decisión caiga sobre ti y no sobre la otra persona. Puedes pedir opiniones, pero la decisión final tiene que ser tuya. No permitas que otro tome una decisión por ti, esa es tu responsabilidad.

Dios nos dio un libre albedrío a cada uno de nosotros para que decidamos por nosotros mismos lo que queramos para nuestra vida.

Decidimos si queremos servirle a Dios, o si queremos servirle al mundo. Decidimos si queremos llegar al templo de Dios, o si nos vamos de fiesta o quedarnos en la casa. Decidimos si le damos unos buenos valores espirituales a nuestros hijos, o si los dejamos con rienda suelta y que ellos decidan su porvenir en el futuro. Decidimos pagar nuestras deudas, o si dejamos dañar nuestro crédito. Decidimos resolver los problemas en mi hogar, sea con el conyugue o los hijos, o dejamos que todo se caiga y destruimos el hogar. Nosotros lo decidimos.

El asunto con la decisión es que si tu decisión no es la mejor para tu vida, puedes fracasar, te puede perjudicar, puede tener resultados desastrosos, puede que te lleve al borde de la desesperación, puede que te lleve a un arrepentimiento sin solución.

Sed sabio en tus decisiones. Pídele sabiduría a Dios. No permitas que el enemigo te engañe en alguna decisión, porque te hará fracasar, y luego te llevará a la vergüenza. Aprovecha el día de hoy para que tomes la mejor decisión que puedas tomar para tu vida; entregarle tu corazón a Cristo, y veras grandes cosas en tu camino. Decídete hoy servirle de todo corazón, para que puedas ser usado en su obra. Decídete poner tu familia y tu hogar en las manos de Dios para que tengan bendición y salvación. Decídete hoy, porque mañana puede ser muy tarde. Tú decides.

Proverbios 3:5  Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia.


Gálatas 6:4-5  Así que, cada uno someta a prueba su propia obra, y entonces tendrá motivo de gloriarse sólo respecto de sí mismo, y no en otro; porque cada uno llevará su propia carga.

Santiago 1:5  Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.

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