¿Cómo estas mirando la vida hoy?

Se cuenta la historia de gemelos idénticos: uno lleno de optimismo que a menudo solía decir: ¡Todo está saliendo color de rosas! y el otro, un pesimista triste y sin esperanza que de continuo esperaba que sucediera lo peor.

Los padres preocupados por los gemelos los trajeron a un psicólogo, con la esperanza de que él pudiera ayudarlos a balancear sus personalidades.

El psicólogo sugirió que, en el próximo cumpleaños de los gemelos, los padres los pusieran en habitaciones separadas para abrir sus regalos.

-Denle al pesimista los mejores regalos que puedan comprar -les dijo el psicólogo- , y al optimista una caja de estiércol.

Los padres hicieron como se les dijo.

Cuando miraron a hurtadillas al gemelo pesimista, lo escucharon quejarse:
-No me gusta el color de este juguete. ¡Apuesto a que este juego se va a romper! No me gusta jugar a este juego. ¡Conozco a alguien que tiene uno mejor que este!

Atravesando de puntilla el pasillo, los padres miraron a hurtadillas y vieron a su hijo optimista, que con alegría tiraba al aire el estiércol. Se estaba riendo mientras decía:
– ¡No puedes engañarme! ¡Donde hay tanto estiércol, tiene que haber un caballo!
¿Cómo estas mirando la vida hoy? ¿Cómo un accidente que está esperando por suceder, o una bendición a punto de ser recibida?

La gente más feliz no necesariamente tiene lo mejor de todo. Ellos hacen lo mejor de las cosas.
No que hable porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme cualquiera que sea mi situación. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.

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¿Cuántas veces has deseado tener algo diferente a lo que Dios te ha dado? ¿Cuántas veces has deseado tener otro empleo, otra familia, u otra iglesia?

La humanidad no vive contenta con lo que ha recibido de parte de Dios. Entiendo que hay situaciones donde las cosas comienzan a marchar de forma diferente, y por lo tanto, eso te hace pensar en desear algo diferente a lo que tienes.

Si lo que hoy tienes, empleo, familia, iglesia, amistades, te lo ha dado el Señor recuerda que ese mismo Señor ve las cosas y si lo que está pasando no está en su voluntad él te moverá a un lugar mejor.

El secreto es hablarle y pedirle. Muchos no saben hablarle o pedirle al Señor. Muchos prefieren buscar algo diferente sin la guianza de Dios, y luego comienzan a extrañar las cosas que tenían.

El deseo del Señor es vernos siempre contentos, en gozo, en paz, y en felicidad. ¿Por qué entonces desesperarnos por tener algo diferente? Dale la oportunidad al Señor para que mueva las cosas a tu favor. Confía en él y él hará (Salmo 37:5). Espera en el Señor, él no es ciego, él siempre tiene un plan para los suyos. Tu trabajo es confiar, no desalmarte, no seguir caminando, y mucho menos correr, sino esperar a ver cuál es el plan de Dios para tu vida. Pero tienes que creer.

El Señor se encarga de los suyos, pero tu tienes que saber pedirle. No puedes estar pidiéndole por un lado y maldiciendo lo que tienes por otro lado. Sé agradecido por las cosas que el Señor te ha dado. No vivas como un pesimista pensando que no tienes nada bueno y que necesitas algo mejor, porque de acuerdo a tu fidelidad con Dios, así mismo Dios tendrá misericordia de ti.

Serle fiel a Dios y él lo será contigo y cumplirá las peticiones de tu corazón.


Filipenses 4:11, 13
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No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. 
13Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.

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