Cuando cometes un error

Un conserje del Banco First Security en Boise, Idaho, en una ocasión, por accidente, puso en la basura una caja de ocho mil cheques que valían ochocientos cuarenta mil dólares.  Esa noche, el operador del triturador de papeles con diligencia vació la caja de cheques en su máquina cortando así los cheques en pedacitos de papel de un cuarto de pulgada. Luego vacío los pedacitos en un latón de basura en las afueras del banco. A la mañana siguiente, cuando el supervisor se percató de lo que había pasado, quería llorar.

La mayoría de los cheques habían sido cambiados en el banco y estaban esperando ser enviados a la casa de cobro.  Su pérdida representaba la pesadilla de un contador ya que la mayoría de los cheques estaban aún sin registrar y como resultado, los banqueros no podían saber quién pagó qué a quién.
¿Qué hizo el supervisor? Ordenó que los pedacitos de papel fueran reconstruidos. Entonces, cincuenta empleados trabajaron en dos turnos, seis horas al día dentro de seis habitaciones, cambiando, combinando, pegando los pedazos como si fuera un rompecabezas, hasta que los ocho mil cheques fueran reconstruidos.
"Si cometes un error, trabaja en la solución. Un error no se vuelve una falta hasta que rehúsas corregirlo."

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¿Quién no ha cometido algún error en la vida?
Desde que nacemos aprendemos a vivir con errores. Damos los primeros pasos de tal manera que no podemos balancearnos, torciendo los pies, poniéndolos muy separados, hasta que aprendemos como hacerlo para caminar derechos y rectos. Cuando comenzamos a hablar comenzamos sacando la lengua, en vez de papá decíamos dada, y así sucesivamente fuimos aprendiendo como hacer las cosas. Todo eso es una etapa de aprendizaje para el desarrollo de nuestra vida.
En nuestra vida adulta es igual. Aprendemos a escoger nuestras amistades, a buscar el empleo que nos conviene, como manejar el dinero, como planificar unas vacaciones, etc. Cuando comenzamos por primera vez a trabajar y a recibir dinero lo primero que pensábamos era gastarlo en nuestros antojos, luego aprendimos que había que economizar y tomar otras cosas por prioridades para el uso de nuestro dinero.
Hay errores que no tienen solución, pero hay muchos que sí la tienen. Hay quienes piensan que lo saben todo, y que los demás no saben nada, y eso es un gran error. Hay quienes pretenden cambiar a los demás pensando que ellos son los mejores, en vez de cambiar ellos primero. Hay quienes se sienten culpables por muchas cosas en vez de sentirse responsables y buscar una solución. Hay quienes viven toda su vida trabajando para pagar sus deudas y no planifican para disfrutar de su dinero en unas vacaciones o salir con su familia. Son errores que si no se resuelven pueden traernos problemas en el futuro.
En nuestra vida espiritual también existen errores que hay que arreglar. Muchos comienzan a vivir los caminos del Señor a la ligera, olvidándose de todo y de todos los que les rodean. Solo quieren ir de la casa al trabajo, del trabajo a la iglesia, y esa es la rutina casi diaria. Luego la familia se va apartando, los hijos se van aburriendo y perdiéndose, las parejas se van cansando, y todo ¿Por qué?, porque tomamos la decisión de dejarlo todo por la iglesia, en vez de poner a Dios por prioridad y luego la familia. No podemos olvidar que nuestros hijos y conyugue necesitan salir de vacaciones, visitar nuevos lugares, hacer algo en familia. Eso une más a la familia. Tu no quieres que ellos lleguen a la edad de adulto y luego decidan apartarse de los caminos del Señor porque piensan que estos caminos son aburridos y no pueden disfrutar de las cosas que Dios mismo a creado. Por eso muchos se apartan del Señor, para salir y ver lo que sus padres nunca le enseñaron; para sentirse libres. No cometas ese error.
El Señor no quiere que dejemos de congregarnos. (Hebreos 10:25), pero tampoco quiere que nos olvidemos de nuestra familia. Él nos la dio para que la cuidemos y la guiemos en sus caminos como padres responsables. Pero todo tiene su tiempo; primero Dios, luego la familia, y luego la iglesia. Porque si ponemos a Dios por prioridad, la familia recibe la bendición y la aceptación de Dios, y luego todos juntos marchan para el templo. No cometan el error de abandonar a la familia por estar todos los días en la iglesia, a no ser que el Señor te envíe a predicar a otras tierras, porque entonces tendrás que dejar a tu familia para servirle a Dios, pero eso es solo un tiempo definido que el Señor te da, no se confundan. Eso es lo que habla en Mateo 19:29, dejar tu casa y los tuyos por causa de su nombre, pero es dejarlos, no abandonarlos. Dios no quiere eso.
Todos cometemos errores en nuestra vida cotidiana. Pero podemos corregir muchos de ellos. Pídele la guianza al Señor para que dirija tus pasos y tus decisiones. Entonces veras menos errores en tu vida.
El mayor error que puedas cometer es el de no aceptar a Jesucristo en tu corazón. Cometerás el error de perder la salvación.

Proverbios 10:17 Por senda de vida va el que guarda la instrucción más el que abandona la represión se extravía.

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