El Rio y El Político
En cierta provincia, estaban a pocos días de realizar las elecciones
para alcaldes. En la plaza principal estaba el más popular de todos los
aspirantes al puesto, y en medio de su discurso les dice a los provincianos:
- ¡Y les prometo, que les construiré el puente!
Uno de los provincianos responde:
- Pero doctor, aquí no hay río.
A lo que el aspirante responde:
- ¡También se los hago!
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¿Has aspirado a alguna posición política, siendo cristiano?
Cada vez que escuchamos hablar de políticos viene a nuestra mente
pensamientos negativos, los cuales uno, aunque sabiendo que no todos son
iguales, no puede evitar de pensar. Ya se ha comprobado que la mayoría de
políticos son mentirosos. Comienzan a correr por un puesto, y sus discursos, primeramente,
comienzan con ofrecimientos; yo voy hacer esto, y voy hacer lo otro. El
problema es que ya sabemos que eso es solo promesa y que en verdad no va a
hacer nada. Por lo tanto, está mintiendo desde el principio. Desde luego, no
podemos decir que todos son iguales, hay quienes prometen y cumplen, pero al
paso del tiempo vemos que se convierten en los que estuvieron anteriormente en
su posición.
Pero, ¿Qué me puede decir de un cristiano que quiera ingresar en la
política?
Hay muchos cristianos que aspiran a un cargo político con el pensamiento
de que van a arreglar los problemas en la ciudad o el estado en que viven. No
pensando que, una cosa es ver las cosas desde afuera, y otra cosa es ver las
cosas desde adentro.
Para que un cristiano entre a la política debe tener en cuenta que
existen puntos positivos y negativos que deberían tomar en consideración, antes
de tomar algún puesto político. Aquí les menciono algunos de esos puntos:
Positivo: Trabajar con honradez, honestidad, no robándole al pueblo, y
podrá buscar la forma de llevar el mensaje de Cristo por la ciudad. Eso es
todo.
Negativo: Muchas veces tendrá que mentir para defender su posición,
tendrá que ofrecer miles de cosas, aunque no las vaya a cumplir, con tal de que
la gente vote por él. Tendrá que darle al pueblo lo que el pueblo quiere, para
que lo mantengan en su posición. Tendrá que estar de acuerdo con las leyes
terrenales, y por lo tanto no podrá estar en contra de los matrimonios
homosexuales, y no podrá estar en contra del uso de las armas en las calles. Si
el estado decide eliminar el uso de la palabra de Dios en las escuela o
ciudades, tendrá que seguir los reglamentos, o irse de su posición. Y un sinfín
de cosas que tendrá que tolerar si quiere tener un cargo político.
En el principio de la vida humana, Dios mismo era el líder de todo en la
tierra. La gente quiso que fueran los humanos los que gobernaran sobre esta
tierra, entonces Dios se lo permitió. Desde entonces, la humanidad ha ido
cambiando las normas y reglamentos de Dios por pensamientos y sentimiento
humanos, de tal manera, que ya han ido eliminando a Dios y su nombre de todos
los lugares públicos. Tanto así que, usted puede ir a una escuela o lugar
público y hablar de algo satánico, y no tiene problema. Pero si tan siquiera
menciona la palabra Dios, Jesús, o biblia, ya está metido en serios problemas
con la ley.
Por eso el cristiano no debe involucrarse en las cosas del mundo. Ya
Dios tiene preparado un plan para los gobernantes de esta tierra. Ya Dios tiene
todos los planes trazados para cumplir, y por lo tanto ¿Qué hace un cristiano
envuelto en esos asusto, los cuales ya Dios tiene señalado?
Nuestro trabajo es trabajar en los asuntos de Dios, de llevarle el
mensaje de salvación al pueblo, de orar por los gobernantes para que Dios tenga
misericordia de ellos y del pueblo, y que permitan que la palabra de Dios
llegue a todos los lugares.
El cristiano debe ir a votar, porque es un derecho que tiene para
escoger a quien él piense que puede hacer bien por el pueblo. Yo les recomiendo
que vote, para que también tenga el derecho de exigir. Pero antes de votar ore
a Dios para que el Señor le muestre quien podría ser el que haga, por lo menos,
un poquito más por el pueblo.
Pero no te mezcles con ellos, porque terminarás siendo uno más como
ellos.
Isaías 5:20 ¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo
bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo
amargo por dulce y lo dulce por amargo!
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