Durmiendo Durante La Tormenta
Un joven aplicó para un empleo de obrero en una granja. Cuando el
granjero le preguntó sobre sus calificaciones, él dijo: “Puedo dormir cuando el
viento sopla”. Esto sorprendió al granjero. Pero como le cayó bien el joven, lo
empleó.
Unos pocos días más tarde, el granjero y su esposa fueron despertados en
la noche por una violenta tormenta. Rápidamente comenzaron a revisar las cosas
para ver si todo estaba seguro. Hallaron que las ventanas de la granja habían
sido aseguradas. Un buen suministro de leña había sido colocado junto a la
chimenea.
El granjero y su esposa inspeccionaron entonces su propiedad. Hallaron
que todas las herramientas habían sido colocadas en el depósito, libre del
efecto de los elementos. El tractor había sido movido al garaje. El granero estaba adecuadamente
bajo llave. Aun los animales estaban calmados. Todo estaba bien. Cuando fueron
a ver al joven, el joven dormía profundamente.
El granjero comprendió entonces el significado de las palabras del
joven: “Puedo dormir cuando el viento
sopla”. Porque el obrero hizo su trabajo leal y fielmente cuando los cielos
estaban claros, estaba preparado para la tormenta, cuando esta vino. Así que
cuando el viento sopló, él no tuvo temor; pudo dormir en paz.
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¿No te has dicho a ti mismo, alguna vez, “Ah!, si no hubiera hecho
aquello, hoy estuviera arrepentido”?
La gente tiende a dejarlo todo para después, o para mañana. Parece como
si en su cerebro existe una grabadora repitiéndole “mañana, todo estará bien,
déjalo para después, cógelo suave, descansa, aun tienes mucho tiempo, no te
preocupes, tú lo puedes lograr, si mañana amaneces muerto no tendrás que
hacerlo, etc…” y por esos pensamientos de pereza no logran hacer lo que tenían
que hacer, y luego viene el arrepentimiento.
El ser humano no puede recostarse a esperar el mañana para hacer las
cosas, de esa manera no se puede conseguir ningún éxito, porque mañana repetirá
las mismas palabras, una y otra vez, día a día. Y asi pasan los días, los
meses, y los años, y cuando llega a viejo desea que los años volviesen hacia
atrás para hacer lo que tenía que hacer.
Dios habló a Josué, y le dio cuatro claves para el éxito; cuatro cosas
que Josué tenía que hacer para lograr su meta. Estas claves son también para
nosotros, para que nos las apliquemos en nuestros propósitos. Dice en el libro
de Josué 1:9 “Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni
desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas.”
Ahí vemos las cuatro claves: tienes que esforzarte
(el vago no logra nada), tienes
que ser valiente (el cobarde se
detiene y no afrenta los obstáculos en el camino), no puedes temer (el que tiene miedo no se atreve enfrentarse a
nada, piensa que algo saldrá mal), y no
puede desmayar (el que se rinde se detiene, y no llega a la meta final, así
que, no puedes rendirte).
Proverbios 13:4 El alma del perezoso desea, y nada alcanza;
mas el alma de los diligentes será prosperada.
Proverbios 12:27 El indolente ni aun asará lo que ha cazado;
Juan 9:4 Me es necesario hacer las obras del que me
envió, entre tanto que el día dura; la noche viene, cuando nadie puede
trabajar.
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