Honor

El ambiente estaba Cargado de mucha tensión. Rosa Elliot llegó a la cuarta ronda del concurso nacional de ortografía en Washington. Se le había pedido a la pequeña de 11 años de Carolina del Sur que deletreara la palabra “admisión”. Ella lo hizo con su suave acento sureño, pero los jueces no fueron capaces de determinar si había pronunciado una “o” o una “a” como letra al lado de la última.
Debatieron entre sí por varios minutos mientras escuchaban las grabaciones. Sin embargo, la letra decisiva tenía su acento demasiado marcado como para descifrarla. Finalmente, el jefe de los jueces le preguntó a la única persona que conocía la respuesta.

¿Era una letra “a” o una “o”? - Le preguntó a Rosa. En ese momento estando rodeada por jóvenes concursantes que murmuraban entre ellos, Rosa sabía el correcto deletreo de la palabra. Tranquilamente, sin titubear, contestó que había pronunciado mal la palabra y se fue del escenario.
Todo el auditorio se puso de pie y aplaudió, incluyendo unos cincuenta reporteros gráficos. El momento fue emocionante y lleno de orgullo para sus padres. Aun vencida era victoriosa. En efecto, con el pasar de los años, ¡se escribió más acerca e Rosa Elliot que sobre el “desconocido” ganador del concurso!
Ser una persona que ama la verdad, aun cuando esta va en contra de uno, nos reviste de gran honor…
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¿Cuántas veces has sentido que has fracasado, solo por hablar con sinceridad e integridad?
Hay quienes, por recibir algo, hablan mentiras, y se olvidan honrar la presencia de Dios en medio de ellos.
Una de las cosas que mi madre nos enseñó a nosotros, con su ejemplo, fue el decir la verdad, el ser sincero, honesto, e íntegro, para no ofender a Dios. Cuando llegamos de Puerto Rico a los Estados Unidos de América, no todo fue tan fácil como muchos lo ponen. Mis padres tuvieron que buscar empleo, el cual no se encontraba de un día para otro, porque había que pagar renta y poner el pan sobre la mesa. A mi madre le aconsejaron, malos consejeros, que fuera a pedir ayuda al gobierno y que dijera que ella no vivía con nuestro padrastro, quien para nosotros fue como un padre. Mi madre reusó mentir, se mantuvo firme delante de Dios, y el Señor la premió con un empleo para ella y para mi padrastro. No tuvo que ofender a Dios, ni tuvo que robarle al gobierno con mentiras. Eso es ser integro delante de Dios.
Dice la palabra de Dios en Tito 2:7-8presentándote tú en todo como ejemplo de buenas obras; en la enseñanza mostrando integridad, seriedad, palabra sana e irreprochable, de modo que el adversario se avergüence, y no tenga nada malo que decir de vosotros.” Porque cuando usted es íntegro el enemigo se molesta. Él no quiere que usted honre a Dios con su sinceridad. Él quiere que usted se convierta un mentiroso como él, el cual es padre de toda mentira (Juan 8:44). Pero el Señor quiere que seamos de buen ejemplo para los demás y que mostremos nuestra integridad en todo tiempo.
Hay quienes, por recibir un premio, que hoy está y mañana es nada, o por recibir algún dinero, o cualquier cosa, mienten delante de Dios y muchas veces su mentira los lleva a la cárcel, o a la deshonra delante de la gente que le rodea. Porque la mentira no te lleva a nada bueno. El que miente hoy se ve obligado a seguir mintiendo y su mentira sigue agrandando cada vez más, para no entrar en deshonra. Pero su final no es grato. Recuerda que tus hijos aprenderán lo que ven de ti, y tus resultados serán los mismos que el de ellos.
El Señor quiere que confiemos en él en todo, que no mintamos por conseguir algo que no merecemos. Si algo malo hemos hecho, tenemos que pagar por eso. ¿Por qué mentir para escapar de nuestro castigo, sabiendo que el Señor ve todas las cosas?
Sea íntegro en todo tiempo, porque el honor de una persona vale más que los honores que pueda recibir. Haciendo eso honrarás a Dios.
1 Samuel 2:30 ...yo honraré a los que me honran...
Salmo 84:11 Porque sol y escudo es Jehová Dios; gracia y gloria dará Jehová. No quitará el bien a los que andan en integridad.
Proverbios 20:7 Camina en su integridad el justo; sus hijos son dichosos después de él.

Proverbios 28:18 El que en integridad camina será salvo; mas el de perversos caminos caerá en alguno.

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