En Busca de un Tesoro
En un artículo del periódico China Daily, decía que un
granjero chino llevaba 16 años excavando a martillo y cincel una montaña,
guiado por un sueño que le mostró la existencia de un tesoro en las entrañas de
la provincia de Yunnan (suroeste).
El rotativo cuenta que Ma Qingrong, de 62 años y
natural del condado de Dayao, soñó en el año 1990 el hallazgo de una gran
fortuna escondida en la montaña de Maanshan, a escasamente 20 kilómetros (12
millas) de su aldea.
“En el sueño, una niña vestida de negro me guiaba
hacia un misterioso palacio de piedra, donde hallaba importantes inscripciones,
un cofre con un precioso tesoro, y una estela de Zhuge Jongming”, explicó Ma.
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¿Existe algo que lo motive a usted a buscar algo mejor
para su vida?
A menudo, la gente se desespera por tener algo
diferente, por irse a vivir a otro lugar, por seguir nuevos horizontes, un
nuevo empleo, una nueva casa, una nueva ciudad, o cualquier cosa, con tal de
lograr conseguir eso que tal vez la haga feliz. Buscan cambiar cada aspecto de
su vida, aunque no tengan una meta definida, pero lo importante para ellos es
hacer cualquier cambio para poder sentirse bien. A veces son movidos por un
sueño, o por algún consejo, o por algún anuncio en la televisión que los motivó
a hacer algo diferente.
Hay quienes se proponen una meta, y aunque vean lo
imposible para lograrla, hacen el mayor esfuerzo por conseguirla. No les
importa nada, ni nadie. No escuchan consejos, no le hacen caso a nada que
interfiera con el propósito que tienen en su corazón. Eso es bueno, porque hay
que luchar por lo que queremos, pero tiene su lado negativo, puede ser que la meta que has escogido no sea la mejor para ti, y el no escuchar consejos
puede traerte malas consecuencias.
La gente piensa
en lo que quiere para su vida cotidiana, pero ¿pensarán en lo que quieren para
su vida espiritual? Para sus propósitos personales, buscan las maneras de
realizarlos, pero ¿harán lo mismo para los propósitos espirituales? Pensar en
lo personal y no en lo espiritual es como pensar en el comer y no en lo que vas
a beber; te vas a atragantar con la comida. Son dos cosas de las que tenemos
que preocuparnos.
En la historia narrada, vemos que este hombre, Ma
Qingrong, se esmeró y esforzó por años para conseguir algo que él pensaba que
era realidad, solo porque lo vio en un sueño. Imagínense ustedes como sería
este mundo si todos se esforzaran por conseguir la santidad que Dios demanda de
cada uno de nosotros, no porque lo soñemos, sino, porque lo hemos leído en la
palabra, y lo hemos experimentado en nuestra vida. Este mundo sería diferente
si buscaramos al Señor por las cosas que hemos aprendido de él.
Dice la palabra en el libro de Juan 3:36 “El que cree en el
Hijo (Jesucristo) tiene vida eterna;
pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios
está sobre él.” Además de eso, también Jesucristo dijo en sus propias
palabras en Juan 6:47 “De cierto, de cierto os digo: El que cree en
mí, tiene vida eterna.” Eso es una promesa. Si sabemos que es una promesa,
que tener la vida eterna con el Señor en el reino de los cielos, y no en un
infierno eterno, es el mejor tesoro que todo ser humano puede tener, ¿Por qué
no luchar por lograr conseguir esa meta?
Debemos poner en nuestra mente el deseo que tenia el
Salmista en el Salmo 63:1-4 “Dios, Dios
mío eres tú; De madrugada te buscaré; Mi alma tiene sed de ti, mi carne te
anhela, en tierra seca y árida donde no hay aguas, para ver tu poder y tu
gloria, así como te he mirado en el santuario. Porque mejor es tu misericordia
que la vida; mis labios te alabarán. Así te bendeciré en mi vida; en tu nombre
alzaré mis manos.”
Cada año que llega, viene lleno de nuevas metas y
nuevas resoluciones. Procura con diligencia que tu resolución y meta sea la de
buscar ese tesoro real, esa vida eternal, y el gozo de vivir con el Señor. Te
aseguro que no te arrepentirás jamás.
Isaías 55:6 Buscad a Jehová
mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano.
Hebreos 3:15 entre tanto que
se dice: Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones, como en la
provocación.
Apocalipsis 20:15 Y el que no se
halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.
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