La Misión de la Iglesia
Un visitante en una ciudad extranjera volvía de cenar
con unos amigos cuando por la ventanilla del taxi leyó el anuncio de un
establecimiento que decía: "Lavandería china." Procuró recordar la
dirección donde se ubicaba la lavandería porque necesitaba un buen lugar donde
limpiar sus ropas. A la mañana siguiente apareció por el lugar con un saco de
ropa sucia.
Entró y depositó las ropas en el mostrador ante el
asombro del dependiente.
- ¿Qué es esto?
- preguntó el dependiente.
- Mi ropa sucia.
- le respondió el cliente. Entendí siempre que en las lavanderías
chinas hacen un buen trabajo.
El dependiente le respondió con disgusto: - ¡Esto no es una lavandería!
- ¿Qué quiere
decir, entonces, el anuncio sobre el cristal?
- Oh, quiere
decir que es una fábrica de anuncios.
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¿Eres tú, por dentro, lo que demuestras por fuera?
En el mundo estamos fritos; como diría el dicho. Otro
dicho dice “cara vemos, corazón no conocemos”. Todo eso es cierto. Estamos en
este mundo rodeado de tanta gente, y después de haber tratado con ellos por
largo tiempo resulta que lo que parecía ser, verdaderamente no lo es. “Parecía
que era una buena persona” pero sus actos demostraron otra.
A veces vemos madres defendiendo a su hijo con uñas y
dientes, porque alguien lo está juzgando, y su hijo es lo mejor que hay en el
mundo. Él no rompe ni un plato; según la madre. Pero cuando está fuera de su
casa es el que más rompe las leyes. Pero en su casa, se disfraza de santito. Así
mismo es con algunos hombres y mujeres que al comienzo de una relación se
muestran muy cariñosos, servicial, fieles, pero luego, con el tiempo, sacan las
uñas y ahora demuestran que lo que llevaban por dentro era un demonio de
agresión; y dije… hombres y mujeres.
En el ámbito espiritual ocurre lo mismo. Gente que
hablan y actúan como si fueran verdaderos creyentes, fieles al Señor, pero
cuando le pisan un cayo les sale lo que llevan por dentro. En sus casas no son
lo que parecen en la iglesia. En la calle con sus amigos no habla de la forma
que predica. Por eso el apóstol Pablo escribió en la carta a Tito 1:16 “Profesan conocer a Dios, pero con los hechos lo niegan, siendo
abominables y rebeldes, reprobados en cuanto a toda buena obra”. Ellos
piensan que Dios los ve con buenos ojos solamente porque hipócritamente hablan
de Dios a la gente.
Estos tipos de cristianos falsos son las causantes de
que mucha gente no quieran llegar a los pies de Cristo. La gente está en la
necesidad de escuchar palabra de Dios que les dé una esperanza, una fe, un
consuelo para sus problemas o situaciones, pero la doble personalidad de muchos
creyentes hace que la gente pierda la confianza en llegar a los caminos del
Señor.
¿De qué te vale hablar del Señor y no actuar como
cristiano? El Señor busca quien lo adore en espíritu y en verdad, no un
farsante que haga que las almas se pierdan por su mal ejemplo. Has que lo que
demuestras por fuera sea el espejo de lo que llevas adentro. Entonces el Señor
se alegrará de ti, y muchos serán salvos por tu muestra como verdadero
cristiano y por la palabra que prediques acompañada con tu ejemplo.
Mateo 15:7-9 Hipócritas, bien profetizó de vosotros
Isaías, cuando dijo: Este pueblo de
labios me honra; Mas su corazón está lejos de mí. Pues en vano me honran,
enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres.
Lucas 6:46 ¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no
hacéis lo que yo digo?
Mateo 23:26-28 ¡Fariseo ciego! Limpia primero lo de dentro
del vaso y del plato, para que también lo de fuera sea limpio.¡Ay de vosotros,
escribas y fariseos, hipócritas! porque sois semejantes a sepulcros
blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, mas por dentro
están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia. Así también vosotros
por fuera, a la verdad, os mostráis justos a los hombres, pero por dentro
estáis llenos de hipocresía e iniquidad.
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