Diez Sanados y Uno Agradecido
Esta historia es sacada de la
biblia, del libro de Lucas, capitulo 17, versículos del 11 al 19.
Dice que yendo Jesús a Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea. Y al entrar en una aldea, le salieron al encuentro diez hombres leprosos, los cuales se pararon de lejos y alzaron la voz, diciendo: ¡Jesús, Maestro, ten misericordia de nosotros!
Respondiendo Jesús, dijo: ¿No son
diez los que fueron limpiados? Y los nueve, ¿dónde están?
Creo que el que está realmente agradecido da gracias a Dios por todo y en todo tiempo. Agradecemos un día más de vida, por la familia, por el trabajo, por el hogar, por la transportación, hasta por el aire y el oxígeno que respiramos a diario de forma gratuita.
Hay quienes hoy día se encuentran hospitalizados, sin fuerzas para moverse, ni siquiera para hablar, pero los tenemos ahí, y por eso tenemos que dar gracia a Dios, porque ese familiar ha sido atendido, tiene la esperanza de salir pronto y podrá compartir nuevamente con la familia. Luego damos gracias a Dios porque salió del hospital y lo tenemos con nosotros. Pero y si falleciese, ¿Debemos dar gracias también? Si, debemos dar gracias por la oportunidad que Dios nos dio para compartir con esa persona. Agradecemos que ya no tendrá más sufrimiento, y que aunque ya no lo tenemos con nosotros, hay esperanza de poder verlo otra vez. Agradecemos en las buenas y en las malas, porque toda la gloria se la damos a Dios. Lo que para nosotros es algo negativo para Dios trae algo positivo. ¿Has visto como la familia se une cuando un familiar parte de este mundo? No se buscan por años, sin embargo Dios los une en un momento en el cual muchos lo ven negativo.
Dice que yendo Jesús a Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea. Y al entrar en una aldea, le salieron al encuentro diez hombres leprosos, los cuales se pararon de lejos y alzaron la voz, diciendo: ¡Jesús, Maestro, ten misericordia de nosotros!
Cuando Jesús los vio, les dijo: Id, mostraos a los sacerdotes. Y aconteció que mientras iban,
fueron limpiados. Entonces uno de ellos, viendo que había sido sanado, volvió,
glorificando a Dios a gran voz, y se postró rostro en tierra a sus pies,
dándole gracias; y éste era samaritano.
¿No hubo quien volviese y diese gloria a Dios sino
este extranjero? Y le dijo al ex-leproso: Levántate, vete; tu fe te ha salvado.
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¿Cuán agradecidos
debemos estar? Cuando llega el día de la celebración del “día de Acción de
Gracia” la gente se reúne, hacen fiesta, con mucha comida, gozando todo un día
en familia. Cuando todo esta listo, se reúnen y hacen una oración para dar
gracias por los alimentos que van digerir, y así se hace todos los años con la
mayoría de las familias. Pero ¿Es ese el único momento para ser agradecidos, o
para dar gracias a Dios?Creo que el que está realmente agradecido da gracias a Dios por todo y en todo tiempo. Agradecemos un día más de vida, por la familia, por el trabajo, por el hogar, por la transportación, hasta por el aire y el oxígeno que respiramos a diario de forma gratuita.
Hay quienes hoy día se encuentran hospitalizados, sin fuerzas para moverse, ni siquiera para hablar, pero los tenemos ahí, y por eso tenemos que dar gracia a Dios, porque ese familiar ha sido atendido, tiene la esperanza de salir pronto y podrá compartir nuevamente con la familia. Luego damos gracias a Dios porque salió del hospital y lo tenemos con nosotros. Pero y si falleciese, ¿Debemos dar gracias también? Si, debemos dar gracias por la oportunidad que Dios nos dio para compartir con esa persona. Agradecemos que ya no tendrá más sufrimiento, y que aunque ya no lo tenemos con nosotros, hay esperanza de poder verlo otra vez. Agradecemos en las buenas y en las malas, porque toda la gloria se la damos a Dios. Lo que para nosotros es algo negativo para Dios trae algo positivo. ¿Has visto como la familia se une cuando un familiar parte de este mundo? No se buscan por años, sin embargo Dios los une en un momento en el cual muchos lo ven negativo.
¿Por qué muchos no
agradecen? Porque no se sienten complacidos y mucho menos agradecidos, y
piensan que se merecen todo, y que no tienen por qué agradecer. Gente que
piensa que Dios les debe mucho en la vida, y ni siquiera por esa vida le da
gracias a Dios.
Dios no se olvida
de nosotros. Él no tiene que estar agradecidos por nosotros, sin embargo con
sus actos nos demuestra cuanto nos ama, y por eso nos bendice, aunque no le
demos las gracias.
Seamos agradecidos
por las bendiciones que Dios nos da; no somos merecedores de su gracia. Demos
gracias por todo, no solo en el “Día de Acción de Gracias”, sino en todo
tiempo. Seamos agradecidos por el amor que nos da.
Colosenses 3:15 “Y la paz de Dios gobierne en
vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y
sed agradecidos.”
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