Muerte en el Aire
"Esto ocurrio en la vida real"
Un hombre estaba en un vuelo comercial y cuando estaban cerca de su destino, la voz del capitán se escuchó a través del altavoz trayendo malas noticias;
Un hombre estaba en un vuelo comercial y cuando estaban cerca de su destino, la voz del capitán se escuchó a través del altavoz trayendo malas noticias;
– “Una persona ha muerto en el avión.”
Conmoción e incredulidad fueron las primeras reacciones
de los pasajeros. Cuando todo el mundo miró hacia atrás, vieron al hijo de un
hombre muerto, sollozando su duelo en silencio, aguardando solo con el cuerpo
de su padre en sus regazos al final del avión.
El hombre sabía lo duro que esto era para el joven,
pues el hombre mismo, justo el año anterior, había perdido a sus dos padres.
Una vez superado el shock inicial de la noticia y lo
que estaba sucediendo en el avión, se levantó y pidió a la azafata un
recipiente vacío y se fue a cada uno de los pasajeros y les pidió de cualquier
expresión de amor para el joven afectado. La mayoría de la gente dio dinero.
Otro caballero se levantó con otro recipiente vacío y
le ayudó, ya que el primer contenedor se había llenado.
El torrente de ayuda era conmovedor, fuese cual fuere
lo que se recolectara era aceptado. El hombre y el otro caballero fueron
directo al lugar donde estaba el difunto y le entregaron lo recogido al
doliente hijo.
Más tarde, que un par de lágrimas corrieron por las
mejillas de este hombre mientras pasaba por la cabina. Él se sentía
identificado con el joven y su dolor, al mismo tiempo estaba impresionado por
la bondad de los pasajeros y la forma en que se reunieron para ayudar.
Hasta el día de hoy, este hombre, aún recuerda
vívidamente la reacción de aquel joven, la expresión que fue impresa en su
rostro y las lágrimas de gratitud cuando fueron a darle las expresiones de
apoyo de parte de los pasajeros.
No era el valor material de las cosas, pero el simple
hecho de que extraños se preocuparon por ser una fuente de fortaleza para
alguien que ellos no conocían.
*******
Qué difícil es
pasar por la pérdida de un ser querido. Especialmente si esa persona era muy
especial para uno.
Nadie puede explicar o sentir el dolor de una pérdida
como la persona que está atravesando por ese dolor. Nadie puede sentir el dolor
de su corazón, la tristeza, la aflicción, ni la pena que la otra persona
siente. Pero todos podemos sentir la compasión, por ellos. Podemos llevar
consuelo y apoyo a los que sufren la pérdida de un ser querido.
Mi familia perdió tres seres queridos en menos de dos
meses; una muerte tras otra. Ese dolor, tan seguido, no es fácil de entenderlo,
a menos que uno esté dentro de la pena. Lo bueno es que hay quienes están
prestos para consolar y ser de mucho apoyo en esos momentos difíciles. Dios
siempre toca los corazones de aquellos que nos rodean y los mueve para que sean
de apoyo para los que lo necesitan.
Pero, mayor que todo, tenemos un Dios todo poderoso que nos
consuela, nos ayuda a seguir hacia delante, nos da las fuerzas para que nos
apoyemos los unos con los otros, el cual se mueve a favor del que sufre. Dice
la palabra en el libro de 2Corintios
1:3-4 “Bendito sea el Dios y Padre de
nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, el
cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también
nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la
consolación con que nosotros somos consolados por Dios.”
Nosotros nos encontramos en un mundo donde la gente no
dura para siempre. En cualquier momento algún familiar o amigo perderá su vida.
Pero Dios nos tiene aquí para que seamos de apoyo y consuelo para los demás. No
pretendamos sentir el dolor por los demás, porque nunca lo sentiremos, pero,
sí, podemos dar un abrazo de apoyo y unirnos a ese dolor como si fuera nuestro.
La vida es corta. Mira a tu alrededor. Talvez hay
alguien a tu lado sufriendo una pérdida, y necesita un abrazo de consuelo.
Déjate dirigir por el Señor. No te olvides de tu prójimo. Puede ser que mañana
seas tú quien necesite ese abrazo.
Romanos 12:15 Gozaos con los
que se gozan; llorad con los que lloran.
Romanos 15:2 Cada uno de
nosotros agrade a su prójimo en lo que es bueno, para edificación.
Lucas 10:27 Aquél, respondiendo,
dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con
todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo.
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