La Mariposa Azul

Había un viudo que vivía con sus dos hijas curiosas e inteligentes. Las niñas siempre hacían muchas preguntas a su padre. El padre sabía responder solo algunas de ellas. Como pretendía ofrecerles la mejor educación, mando a las niñas de vacaciones con un sabio que vivía en lo alto de una colina.
El sabio siempre respondía todas las preguntas sin duda alguna.
Impacientes con el sabio, las niñas decidieron inventar una pregunta que él no sabría responder. Entonces, una de ellas apareció con una linda mariposa azul que usaría para engañar al sabio.


- ¿Qué vas a hacer?- preguntó la hermana.

- Voy a esconder la mariposa en mis manos y preguntarle al sabio si está viva o muerta. Si él dijese que está muerta abriré mis manos y la dejaré volar, si dice que está viva la apretaré y la aplastaré. Y así cualquiera que sea su respuesta, sería una respuesta equivocada.

Las dos niñas fueron entonces al encuentro del sabio, que estaba meditando.

La niña de la mariposa le dijo - Tengo aquí una mariposa azul. Dígame, sabio, ¿está viva o muerta?

Muy calmadamente el sabio sonrió y respondió - Depende de ti, ella está en tus manos.

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¿Quién alguna vez ha tenido un fracaso en la vida por hacer decisiones equivocadas?
Este tema tiene tanta tela para cortar que podríamos escribir un libro referente a este asunto, puesto que nuestra vida se basa en decisiones que nosotros tomemos para nuestra conveniencia.
Nosotros decidimos que hacer y no hacer, con quien casarnos, que empleo realizar, que meta queremos lograr, a quien ayudamos o a quien arruinamos. En fin, las decisiones están en nuestras manos, nuestra mente y nuestro corazón.

La decisión que tomes para tu vida es tuya. Si fracasaste es tu fracaso, y no el de los demás. No le puedes echar la culpa a nadie, fue tu decisión. Te ofrecieron varios empleos y no lo analizaste, no investigaste, y escogiste el empleo que duraría menos tiempo. Fue tu decisión.

Dios ha puesto talentos en tus manos, tú decides que hacer con ese talento. ¿Los utilizas para que te sean de bendición, o los dejas que se pierdan? ¿Se los entregas al Señor para uso de su obra, o se lo entregas al mundo en busca de la fama? Es tu decisión.

Hay quienes ven miles de problemas en el noviazgo, ya se han separados varias veces porque no hay una base fuerte y no son compatibles, pero deciden llegar al matrimonio con todos los problemas, pensando que con el matrimonio se arreglarían las cosas, y a la larga terminan divorciados. ¿Por qué? Porque esa fue su decisión.

Hay quienes deciden dejar los estudios porque ellos prefieren trabajar y hacer dinero, no pensando que hoy día el que no tiene un papel que diga que estudió se le hace difícil tener un buen empleo. Y la culpa no es de nadie, esa fue su decisión.

Las decisiones las tomamos nosotros. Ni siquiera Dios interfiere con nuestras decisiones. Él no impide el paso que queramos tomar. Si, él nos alerta y nos demuestras cual debería ser nuestra mejor decisión, pero si no obedecemos, él permite lo que decidamos.

Nuestro Padre celestial tiene sus decisiones tomadas para con nosotros. Él decidió crearnos, darnos vida, ayudarnos, enviar a su hijo para que diera su vida por nosotros, salvarnos de las llamas del infierno, y darnos una vida eterna junto a Él. Esa fue su decisión. Ahora nos toca a nosotros tomar nuestra decisión; si aceptamos su ofrecimiento, si aceptamos a su hijo, si aceptamos la salvación, si aceptamos vivir en su reino, o si decidimos perdernos en este mundo y tener por recompensa el fuego eterno. Es nuestra decisión.

Si no sentimos la mano de Dios protegernos, fue porque decidimos no tenerlo a nuestro lado. Si sentimos que nos ahogamos en un mar de problemas sin soluciones fue porque decidimos no buscar su ayuda. Nosotros somos los responsables de los resultados de nuestras decisiones.

Seamos sabios. No tomemos decisiones a la ligera, ni siquiera para tener un gran empleo, por mejor oferta que se vea. Recuerda que si decides plantar una semilla de naranja no esperes a que ese árbol te dé peras.

La mejor decisión para nuestra vida es tener a Jesucristo como único y exclusivo salvador. Sed sabio, toma una gran decisión. La mejor decisión está en tus manos y en tu corazón.

Santiago 1:5  Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.

Proverbios 3:5-8  Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas. No seas sabio en tu propia opinión; teme a Jehová, y apártate del mal; porque será medicina a tu cuerpo, y refrigerio para tus huesos.

Salmo 37:7  Guarda silencio ante Jehová, y espera en él. No te alteres con motivo del que prospera en su camino, por el hombre que hace maldades.


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