Mirarse En El Espejo
Un hombre que tenía un grave
problema de miopía se consideraba un experto en evaluación de arte. Un día visitó un museo con algunos
amigos. Se le olvidaron los lentes en su casa y no podía ver los cuadros con
claridad, pero eso no lo detuvo de ventilar sus fuertes opiniones.
Tan pronto entraron a la galería,
comenzó a criticar las diferentes pinturas.
Al detenerse ante lo que pensaba era
un retrato de cuerpo entero, empezó a criticarlo. Con aire de superioridad
dijo: El marco es
completamente inadecuado para el cuadro. El hombre está vestido en una forma
muy ordinaria y andrajosa. En realidad, el artista cometió un error
imperdonable al seleccionar un sujeto tan vulgar y sucio para su retrato. Es
una falta de respeto.
El hombre siguió su parloteo sin
parar hasta que su esposa logró llegar hasta él entre la multitud y lo apartó
discretamente para decirle en voz baja: Querido, estás mirando un espejo.
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¿Cuántos defectos tiene la gente,
y solamente lo ven en otros pero no en ellos? No lo digo por los demás, sino
que también me incluyo en esto. Hay gente que piensa que ellos son los mejores
del barrio, la última Coca-Cola del desierto, y que sin ellos este mundo no
sería igual. Bueno, en eso estamos de acuerdo, sin gente así este mundo no
sería como es ahora mismo.
No sé si usted es como yo, que le
gusta observar y quedarse callado cuando escucha a otra persona criticando las
faltas y defectos de otra persona. Si se fija bien podrá notar que la persona
que critica las faltas de otro, sin darse cuenta, está criticando las faltas
que ella misma tiene. Pero ¿Cuál es el problema? El problema es que no nos
damos cuenta que nosotros somos como ellos, y avece peores.
Vemos el maltrato hacia los
ancianos, hijos, padres, u otras personas, lo criticamos, ponemos a esa persona
por el suelo con nuestros comentario, sin embargo no vemos que nosotros avece
con nuestra forma de ser y hablar hacemos exactamente lo mismo que los demás
hacen. Pero, claro, que a nadie se le ocurra compararnos con otra persona,
porque entonces sí que se forma la de San Quintín.
Dios quiere que reconozcamos
nuestras faltas, y no solo que la reconozcamos, sino que hagamos el esfuerzo
por arreglarlas. ¿De qué nos vale criticar a los demás si estamos actuando de
la misma forma? Es mejor quedarse callado, porque cuando criticamos nos
exaltamos y pensamos que somos mejores que esas personas.
Vamos a mirarnos en el espejo, no
en el material, sino en el de nuestra mente. Porque el espejo de nuestra mente
nos muestra como somos y cuáles son nuestras faltas. Tal vez no tengamos una
falta tan mala como otros, pero hay un refrán que dice que “el que no tiene
dinga tiene mandinga.” ¿Para qué criticar o murmurar, si nosotros mismos no
somos perfectos?
Hay quienes les gusta gritar
mucho, mandar mucho, criticar mucho, hablar un lenguaje que hasta Dios mismo se
tiene que apartar de su lado, pero eso no nos da la autoridad de pensar que
somos mejores que ellos. Sabe Dios cuáles son tus errores.
Mírate en el espejo, y pídele a
Dios que te quite o cambie todos tus defectos. Y cuando Dios lo haga, no te
enaltezca, sino, dale la gloria a Él.
Lucas
14:11 Porque cualquiera que se enaltece, será
humillado; y el que se humilla, será enaltecido.
Proverbios 28:13 El que encubre sus pecados no prosperará; Mas
el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia.
Buena reflexión siempre hay un buen momento para decir algo positivo....p
ResponderBorrarGracias por su comentario. La gloria es toda para Dios. Que el Señor le bendiga.
ResponderBorrarMuy buena anécdota y reflexión, refleja como somos los humanos, repartiendo defectos sin mirar los propios. Bendiciones!
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