Viviendo Con Pasión

En el 1901 comenzó la idea de crear la Compañía Harley-Davidson, una organización que comenzó cuando William S. Harley, de veintiún años, diseñó un pequeño motor para su bicicleta. Y junto a su amigo de infancia, Arthur Davidson, de veinte, decidieron trabajar por dos años en un pequeño taller de madera, para lograr ponerle un motor a las bicicletas. Eso lo lograron con la ayuda del hermano Arthur, Walter Davidson. Y así, para el 1903, Harley y los hermanos Davidson comenzaron una de las compañías de más prestigio en Milwaukee, Wisconsin, en los Estados Unidos de América.

El primer año vendieron tres motocicletas que hicieron a mano. No pasó mucho tiempo antes que comenzaran a tener éxito y a ampliar su empresa. Cada año producían más vehículos.

Cuando surgieron las carreras de motocicletas, las Harley-Davidson dominaron.

Al estallar la Primera Guerra Mundial los aliados no tardaron en darse cuenta de la importancia de las motocicletas. Harley-Davidson estima que la compañía proveyó la mayoría de las veinte mil motocicletas usadas por el ejército de los Estados Unidos en la guerra. Y después de firmado el armisticio, el primer estadounidense en entrar en Alemania lo hizo manejando una motocicleta Harley-Davidson.

La compañía prosperó por más de medio siglo. Uno de sus puntos fuertes fue que era un negocio familiar cuyos empleados o clientes se sentían conectados por su amor por las motocicletas Harley-Davidson. Y la compañía continuó creciendo, modernizando y mejorando sus motocicletas y ganando admiradores.

A principios de la década del 70, Harley-Davidson era dueño de cerca del ochenta por ciento del mercado de motocicletas grandes en los Estados Unidos.

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Todo comenzó en un pequeño taller, con una idea, una ayuda, y con deseos de lograr un objetivo.

Es así como se logra llegar a la meta. Luchando y esforzándote por obtener lo que te has propuesto, aunque encuentres piedras en el camino, y aunque no encuentres quien te pueda dar una mano.

¿Por qué unos logran sus metas y otros no? Hay varias razones. Hay quienes luchan, buscan todas las formas de lograrlo, piden la ayudan, y no reciben el empuje o el apoyo de los que lo rodean. Es difícil seguir hacia delante si los que te rodean son los primeros en traerte pensamientos negativos y te dan la espalda. Por otro lado está el que, aunque no tenga el apoyo de los demás, confía en Dios y sigue tras su meta para lograr lo que busca, con la ayuda de Dios. ¿Quién más que él nos puede ayudar?

Dios es el que produce en nosotros el querer como el hacer, por su buena voluntad. (Filipenses 2:13) Entonces, si Dios es el que nos motiva y pone en nuestro corazón el hacer algo, no escuchemos, y hagamos caso omiso a las negatividades. Porque si lo que queremos hacer va con la voluntad de Dios, y no va en contra de sus mandamientos, entonces ¿Por qué detenernos?

Solo tienes que comenzar. Tal vez te tome años en lograrlo, mayormente si estás haciéndolo solo con tus propias fuerzas, pero lo importante es que al final de la carrera digas “lo logré”.

Dios quiere que prosperemos en todo, pero también quiere que lo hagamos en su voluntad, y de su mano. Nada se puede lograr si él no lo permite. Pon todas tus metas en las manos del Señor, pero esfuérzate, no se lo dejes todo a Dios, porque esa meta no es de él sino tuya. Solo cree en Dios, y confía en él. Pero no te apartes de sus mandamientos.

Lucas 1:37  porque nada hay imposible para Dios.

Marcos 11:24  Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá.

2Timoteo 2:6  El labrador, para participar de los frutos, debe trabajar primero.